¡NO DAÑEMOS!: NO TEMAMOS HABLAR DE LA PARTE DAÑINA DE LAS RELIGIONES
Las torturas y vejaciones a homosexuales por parte del régimen de Franco debido a que era católico tradicionalista que se explica en este artículo es uno de los múltiples ejemplos de lo que crueles que son las versiones tradicionalistas de las grandes religiones.
Afortunadamente en Europa Occidental la mayoría de habitantes ya no son creyentes tradicionalistas (desde hace tan sólo pocas décadas), pero desgraciadamente en la mayor parte del planeta todavía lo son.
Por tanto, si quieres un mundo mejor por favor comparte este tipo de mensajes, sobre todo con personas de otros países en que todavía está extendida esta lacra.
No tengamos miedo a hablar de religión. Hay gente que cree que no se debe criticar a las religiones, pero quitémonos ya ese corsé que nos oprime y rebelémonos contra dicho tipo de tabúes, porque en bastantes países ya no existe el oscurantismo de las sociedades del pasado tiranizadas por las autoridades religiosas con los horrorosos aparatos de tortura de su Inquisición. Afortunadamente en la actualidad bastantes vivimos en sociedades libres y abiertas donde hay derecho a la libre expresión.
Por tanto se acabaron las vacas sagradas y en vez de ellas JUSTICIA SIEMPRE, por encima de todo.
Pero esas no son las únicas plagas. Estas son las 9 principales formas de pensar causantes de muchas maldades: el ultranacionalismo/etnicismo/racismo (dentro del cual está el nazismo y el fascismo), el especismo, el comunismo y similares, el esclavismo y similares (todavía hay decenas de millones de esclavos en el mundo), el machismo (y en mucho menor medida el matriarcalismo pseudofeminista), el militarismo, el imperialismo y el tradicionalismo iliberal obstinado en mantener injusticias, especialmente el cristianismo, islam, hinduismo y judaísmo conservadores y sobre todo si son en grado fundamentalista (en contraposición con las versiones benignas, tolerantes y liberales de esas religiones). Y en general todo tipo de autoritarismos y totalitarismos, así como de creencias según las cuales está permitido hacer daño a los demás (con la excepción básicamente de la legítima defensa, que obviamente está justificada).
Hablemos alto y claro contra ellas si queremos un mundo mejor, con menos injusticias y sufrimientos. La actitud tibia, condescendiente y buenista con todas esas fuentes de atropellos lo que hace es perpetuarlos.