¡NO DAÑEMOS!: Tampoco a los niños

Los niños son criaturas vulnerables y frágiles. Sienten incluso más que los adultos, al menos ansiedad, ya que tienen más desarrolladas las zonas del cerebro relacionadas con la misma. Ello es lógico, como mecanismo de supervivencia de unos seres que todavía no pueden valerse por sí mismos ni defenderse a sí mismos.

Son especialmente sensibles al abuso físico, verbal, psicológico, sexual y falta de cuidados, pudiendo ello causarles traumas de por vida.

Según la Organización Mundial de la Salud, estudios internacionales revelan que casi 3 DE CADA 4 NIÑOS de 2 a 4 años sufren regularmente CASTIGOS FÍSICOS Y/O VIOLENCIA psicológica a manos de padres y cuidadores, y 1 de cada 5 mujeres afirman haber sido abusados sexualmente cuando eran niñas.

La mayoría de familias son disfuncionales, es decir, que no atienden las necesidades físicas y emocionales de sus hijos. Por ejemplo, el 70-80% de los americanos consideran sus familias disfuncionales.

Especialmente doloroso es cuando los niños ven sus necesidades emocionales desatendidas, como de amor y respeto. Ese tipo de carencia afectivas muy posiblemente dejarán heridas emocionales de por vida.

Los hijos no son propiedad de sus padres, sino de sí mismos. Contrariamente a lo que bastantes piensan, los segundos tienen pocos derechos sobre los primeros y muchas responsabilidades. Por tanto, los padres no pueden hacer lo que quieran con los segundos, sino que tienen el deber moral de hacer lo que puedan para que sus hijos sean los más felices posible, cubriendo sus necesidades de todo tipo.

Ello implica darles una educación basada en el refuerzo positivo, en los premios y la aprobación, evitando los gritos y sobre todo humillar y pegar.

Sería muy conveniente para los hijos y el conjunto de la sociedad que los padres debieran hacer un cursillo obligatorio sobre cómo ser buenos padres. Todo el mundo tiene derecho a follar, pero ser padre es una responsabilidad y debería ser obligatorio asumir la misma de forma correcta

Por otro lado, en algunos del países segundo, tercer y cuarto mundo, los padres acostumbran a tener muchos hijos, primando la cantidad sobre la calidad. Incluso contribuyen a que niños menores de edad arriesguen sus vidas emigrando en pateras peligrosas a países del primer mundo para que ayuden económicamente a sus padres.

Cada padre o madre es libre de tener los hijos que decida, pero la libertad va aparejada con la responsabilidad. Es preferible tener menos hijos y dedicarles más recursos, tanto materiales como de formación y emocionales, para que tengan una mejor infancia y edad adulta.

En vez de tener tantos hijos para utilizarlos en beneficio propio a partir de la adolescencia, presionándolos para que trabajen y nos ayuden económicamente, hagamos lo contrario. Es a los padres a los que corresponde hacerse cargo de sus hijos y no al revés. Tengamos una paternidad responsable y…

¡ORIENTÉMONOS A LA FELICIDAD DE LOS NIÑOS!:

Gracias por compartir si crees que estas pautas contribuyen a un mundo más feliz y con menos sufrimientos,

 Xavier Paya 

Iniciativa ¡NO DAÑES!

www.institutodelbienestar.com

NO HAGAMOS DAÑO A NADIE, salvo legítima defensa contra el agresor.

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Con la iniciativa ¡NO DAÑES! luchamos por evitar que te causen ningún tipo de sufrimiento o daño a ti, tus seres queridos y los demás.

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