¡NO DAÑEMOS!: NO NOS DIVIRTAMOS HACIENDO SUFRIR

Los seres que sentimos no somos unas simples cosas que se pueden coger y utilizar haciéndoles sufrir por mero divertimento. No somos como un balón que podemos chutar con nuestro pie con toda nuestra fuerza o una pelota de tenis que podamos pegar con una raqueta, ya que esos objetos no sienten nada.

En cambio, sí sufrían los esclavos que los romanos usaban como gladiadores como simple ocio (pan y circo). Como también pueden padecer hasta el nivel de suicidarse niños inocentes que son víctimas de compañeros matones que divierten humillándolos y maltratándolos.

Y asimismo experimentan dolor los animales no humanos utilizados en fiestas con animales, como los toros y otras fiestas taurinas, la caza del zorro, tirar a una cabra desde un campanario y bastantes otras, como las que se describen en el link que os he enviado. 

Imagínate te meten a ti o a un ser querido en un recinto lleno de gente y te/le van clavando banderillas en el cuerpo, hasta que al final de la fiesta cruel te atraviesan el cuerpo con una espada mientras el público aplaude entusiasmado.

El principal argumento que esgrimen sus defensores es la tradición. Pero entonces, ¿deberíamos haber seguido con la costumbre de echar cristianos a los leones? ¿O con las crucifixiones y empalamientos? ¿O la tradición centenaria de torturar de forma sistemática en los interrogatorios judiciales, incluso a inocentes?

Afortunadamente hemos hecho avances, como en las fiestas con gansos colgados de una cuerda. Antes los colocaban estando vivos. Unos jinetes galopaban con sus caballos y cuando estaban debajo del ganso tiraban de su cuello hacia abajo. Lo hacían una y otra vez. Cada vez que tiraban del cuello, éste se iba alargando. Incluso se alargaba mucho, separándose unas vértebras de otras. Cuando al final un jinete conseguía cortar el cuello con un tirón se convertía el ganador y era aclamado por la gente que se divertía con esa tortura, probablemente la mayor parte del pueblo. Esa barbaridad se ha sustituido por gansos muertos o de goma, lo que también es muy denigrante (imaginaos si los hombres de un pueblo lo hacen con el cadáver de una mujer o con una de goma o si unos blancos lo hacen con un cadáver o un muñeco de un negro), pero mucho menos cruel.

Sigamos avanzando, hasta abolir todo tipo de fiestas con animales que les pueda causar sufrimiento o en que sean denigrados.

Hay muchas formas sanas y apasionantes de divertirse, como ver series de Netflix, documentales o vídeos en Youtube o Tiktok, quedar con los amigos para charlar, leer libros o la prensa, ir a pasear, a la playa o la naturaleza, hacer turismo y un largo etcétera. Habiendo tantos excelentes tipos de ocio a nuestro alcance, ¿qué necesidad hay de recurrir a algunos que causan tantos sufrimientos a los demás?

Porque el crimen es siempre crimen, por mucho que sea permitido por la ley y admitido socialmente.

Desgraciadamente funcionamos por etiquetas. Somos educados en la cultura de que hay unos colectivos que tienen la etiqueta de “respetables” a los que hay que tratar bien y otros con la etiqueta de “victimizables” a los que podemos machacar sin sentir apenas empatía, como pueden ser los seres sintientes no humanos, judíos, negros, LGTBI, otras etnias y un largo etcétera a lo largo de la historia o en los tiempos actuales.

La buena persona es la que no hace ningún daño a los demás, con la excepción de la legítima defensa propia y de los demás. Y mejor persona es quien hace algo para que los demás tampoco causen sufrimientos. Y todavía mejor persona es quien además de todo ello hace el bien a los demás.

Edmund Burke dijo:

“Para que el mal triunfe, sólo se necesita que los hombres buenos no hagan nada.”

Por favor haz algo para que no triunfe el mal. Si eres una buena persona te agradecería que lo demuestres firmando esta campaña contra los fiestas sangrientas.

Y compartiéndola con el máximo de contactos en todas tus redes sociales, incluso en todo tipo grupos de Whatsapp, salvo que algún grupo haya aprobado por mayoría la norma de enviar este tipo de mensajes. Tienes derecho a enviar mensajes del mismo derecho que los demás tienen derecho a no leerlos o a darse de baja de grupos de Whatsapp. Da igual si compartir este tipo de mensajes es más o menos habitual, ya que la justicia, entendida como no hacer ningún daño a nadie que no sea legítima defensa, está muy por encima de “pequeños usos y costumbres”.

Gracias,

 Xavier Paya 

Iniciativa ¡NO DAÑES!

www.institutodelbienestar.com

NO HAGAMOS DAÑO A NADIE, salvo legítima defensa contra el agresor.

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Con la iniciativa ¡NO DAÑES! luchamos por evitar que te causen ningún tipo de sufrimiento o daño a ti, tus seres queridos y los demás.

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