¿Te gustaría que te encerrasen a cadena perpetua, aunque no hayas hecho nada para merecerlo, en algo mucho peor que una prisión, donde sufrirás toda tu corta vida para al cabo de un tiempo matarte? Todo ello porque alguien tiene el caprichito de comprar un abrigo hecho con tu fantástica piel ¿Qué opinarías de ello?
Lo verías como algo aberrante, ¿verdad?
Pues eso es lo que sucede cada año a más de CIEN MILLONES (con C y con M) de visones, zorros, chinchillas, linces, hámster y otras criaturas inocentes.
Pero no te vayas todavía, porque aún hay más. Si están confinados solos en una jaula ello les causa soledad y aislamiento.
Y si comparten jaula, el espacio es tan reducido que el estrés que padecen les induce a agredirse entre ellos, provocando mordeduras y amputaciones, incluso con huesos a la vista. Obviamente las heridas se les infectan y nadie se las cura. El ambiente es tan tóxico que ello les causa también daños morales.
Tanto si están aislados como hacinados, tienen una vida tan antinatural en pequeñas jaulas sucias donde siempre pisan la rejilla y sin poder desarrollar sus conductas naturales que bastantes sufren trastornos psicológicos, como ansiedad, angustia o depresión.
Es algo parecido a lo que con bastante probabilidad nos podría suceder a nosotros en esas condiciones, como fue el caso de Iván IV de Rusia. Éste fue emperador desde que era un bebecito de 2 meses hasta que, cuando tenía 1 añito de edad, hubo un golpe de estado y lo confinaron de por vida en una celda, donde vivió aislado hasta que lo mataron a la edad de 20 años. Como no es de extrañar, en esas circunstancias perdió su equilibrio mental.
Por si no fuera poco con todo lo anterior, hay que añadir los maltratos infligidos por ciertos trabajadores a esos animalitos. Algún operario que ha trabajado en granjas peleteras ha asegurado haber visto cómo los golpean, pisan, aplastan, atropellan intencionadamente con tractores, asfixian en bolsas de plástico, los despellejan vivos, etc.
Incluso se ha reportado algún caso en que trabajadores les sacan los ojos en ataques de rabia después de ser mordidos por éstos al defenderse y evitar ser agarrados.
Pero hay motivos para el optimismo, ya que 20 países europeos han prohibido ya total o parcialmente las granjas peleteras, aunque no la venta de pieles, lo que sí se ha prohibido en Israel y en algunos estados y ciudades de los EUA, como California, Massachussets o Nueva York.
A nivel de la Unión Europea, Fur Free Europe ha conseguido 1 millón y medio de firmas y ha presentado una petición al Parlamento Europeo para que se prohíba en toda la UE tanto las granjas peleteras como la venta de este tipo de productos.
Si la gran mayoría de los europeos estamos a favor de esa prohibición, el Parlamento Europeo la acabará aprobando. Y lo mismo sucederá en otros países del mundo si conseguimos concienciar a sus ciudadanos.
Y para ello es fundamental que convenzas a otras personas y compartas este tipo de mensajes.
Gracias por compartir y por no comprar productos de piel,