En el Instituto del Bienestar no hemos encontrado suficiente evidencia científica como para poder afirmar con toda seguridad cuál es la política de integración territorial más orientada a la felicidad de los ciudadanos. En nuestra opinión, ésta es la equilibrada entre la integración de territorios en la medida en que comparten afinidades y el respeto de la libertad para que cada territorio pueda decidir su futuro, teniendo asimismo un nivel de solidaridad interterritorial moderada.
Integración razonable
Un acercamiento e incluso integración razonable de territorios en la medida en que haya similitudes de valores, mentalidad, políticas, económicas y sociales y en que sea voluntaria puede ser beneficioso para la construcción de una Sociedad del Bienestar Personal, ya que:
Suele contribuir a la paz y la seguridad, evitando guerras y conflictos.
Ayuda a la prosperidad y al avance tecnológico y social, pues genera mercados más grandes, con mayor competencia, eficiencia, flujo de tecnología, capitales, conocimientos e ideas.
Genera mayores oportunidades laborales al facilitar la movilidad.
Fomenta el aperturismo, la tolerancia, el relacionarnos mejor y sentirnos más a gusto con personas procedentes de otros territorios diferentes. Cuanto mejor nos llevemos todos y más vinculados y cercanos nos sintamos, más agradable nos resultará nos resultará el mundo.
Por ello, por ejemplo, una integración europea es positiva, siempre que haya una amplia mayoría de los ciudadanos lo deseen. Del mismo, modo puede ser beneficioso reforzar los vínculos entre países occidentales, fomentando la movilidad de estudiantes y profesionales, así como la cooperación en diferentes ámbitos. Lo mismo puede ser aplicable a países árabes, africanos o latinoamericanos.
La integración de estados que tengan afinidad es sin perjuicio de tender vínculos con el resto del mundo y de fomentar el respeto hacia personas de otras culturas.
Por último, es lógico que las sociedades orientadas a la felicidad tengan un acercamiento, vínculos y cooperación con otras que también lo están.
Libertad de los territorios
Una integración que acabe siendo forzada, que genera sensación de falta de libertad o incluso de opresión, acaba causando insatisfacción. Incluso puede motivar prejuicios y odios entre personas de diferentes territorios, así como conflictos, armados o no.
Por tanto, un estado orientado al bienestar respeta la libertad de sus territorios. Del mismo modo que reconoce el derecho del individuo a decidir sobre su futuro, también lo hace con el derecho de los pueblos y sociedades a decidir su futuro por suficiente mayoría. Ello incluye el derecho a asumir más competencias e incluso a independizarse, del mismo modo que una persona es libre de separarse de su pareja. Leer más en…