Duración aproximada: 20 minutos de lectura + 20 minutos para hacer el ejercicio (dedicación exclusiva)
Ahora realizaremos un ejercicio para cultivar la serenidad. En el Nivel Iniciación ya hicimos un ejercicio similar, pero el que realizaremos a continuación es algo más sofisticado. En adelante podrás elegir cualquiera de los dos ejercicios u otra variante que se te ocurra en cada momento.
Para conseguir mi relajación corporal, mental y emocional, me tumbo o me siento cómodamente, preferiblemente con los ojos cerrados, y realizo dos respiraciones profundas. Empiezo relajando todos mis músculos, uno a uno.
Relajo mi cuero cabelludo, mi frente, mis ojos, mis párpados, mi nariz, mis pómulos, mis labios, mi paladar, mi lengua, mi mandíbula. Relajo mi garganta y mi nuca. Aflojo los músculos de mis hombros, los brazos, los antebrazos, las manos, los dedos de las manos, las palmas de las manos.
Ahora relajo mi pecho, mi abdomen, los músculos de la espalda. Aflojo mi pelvis, mis muslos, mis pantorrillas, mis pies, los dedos de mis pies, la planta de mis pies. Relajo mi corazón y dejo que funcione a un ritmo más lento. Relajo mis pulmones y dejo que la respiración sea más lenta y profunda. Relajo todos mis órganos internos. El ritmo de todo mi cuerpo es cada vez más lento. Finalmente relajo mi cerebro y freno su actividad. Relajo mis pensamientos, relajo mis emociones.
Mis ritmos se desaceleran gradualmente y se vuelven cada vez más lentos y calmados. Ahora todo mi organismo está en estado de relajación y tranquilidad. Estoy calmado, sereno, sosegado. Mi cerebro está en un estado de reposo, como un lago que se encuentra en quietud. Visualizo un lago cuya agua está totalmente plana.
Aflojo, suelto, dejo fluir, libero. Mientras digo esto imagino cómo mi puño se me abre y suelto un pesado saco lleno de piedras. Dejo que caiga al suelo y me tumbo a descansar.
Recuerdo e intento revivir un momento en el que me sentía muy tranquilo. Ya estoy en estado de reposo, de sosiego, de quietud y de paz interior.
Ahora puedo entrar en un estado de relajación profundo. Cuento a 10 y a medida que cuento voy entrando en un estado de relajación profundo. Uno … dos … tres … ya estoy en un estado de relajación profundo … cuatro … cinco … seis … más y más profundo … siete … ocho … nueve … diez. Ya estoy profundamente relajado. Siento el dulce placer que da la relajación; es un placer que va aumentando. Siento cada vez más y más bienestar.
Si hay alguna parte de mi organismo que todavía no se ha relajado suficientemente, ello es perfectamente natural y está bien así. Simplemente me paro a observar dicha parte. Con el simple hecho de observarla pasivamente tiende a aflojarse también. Esas partes se van destensando poco a poco, como si fuese soltando una goma elástica. Visualizo una goma elástica que voy soltando poco a poco.
Me digo a mí mismo: calma, tranquilo, sereno, relájate. Me lo repito varias veces y a partir de ahora cada vez que me diga estas palabras en cualquier momento de mi vida mi cuerpo y mi mente se calmarán y se serenarán.
Repito las afirmaciones y visualizaciones anteriores o hago otras similares hasta que termine esta sesión o más rato si lo deseo.
Una vez leído lo anterior, haces una sesión de relajación mental y corporal durante un mínimo de 10 minutos, escuchando el archivo de audio 11 y dejándote llevar por el mismo. Puedes descargar dicho archivo de audio haciendo clic aquí.