¡EVITEMOS DAÑOS EN EL CRISTIANISMO!: VICTIMIZACIÓN DE PERSONAS SEXUALMENTE LIBRES
Para conseguir un cristianismo 100% benigno es necesario desautorizar los versículos de la Biblia que ordenan el asesinato por sexo fuera del matrimonio y la denigración de inocentes sexual/sentimentalmente libres.
ASESINATO POR SEXO EXTRAMARITAL
Génesis 38:24: hay que quemar viva a una casada que ha tenido sexo fuera del matrimonio y se ha quedado embarazada.
Deuteronomio 22:22: en caso de que una casada tenga sexo con un hombre que no sea su marido hay que asesinar a ambos. Si el marido se siente agraviado, le bastaría con cortar la relación con su esposa, pero el autor del Deuteronomio considera a la mujer una propiedad del marido, para uso y disfrute único de ése, y como han vulnerado sus derechos exclusivos uso y disfrute hay que asesinar a los infractores.
Sin embargo, no se prevé nada cuando el hombre casado tiene sexo con mujeres que no están casadas o prometidas. Es decir, los hombres tienen derecho a tener sexo con todas las mujeres no casadas que quieran, tener todas las esposas y concubinas que deseen (Salomón tuvo 1000: 700 mujeres y 300 concubinas) e incluso esclavas sexuales. Incluso pueden incluso violar, porque pertenece al sexo dominante merecedor de grandes privilegios. Se han puesto a sí mismos la pulserita VIP que les da acceso a todo. En cambio, pobre de la mujer que ejerza su libertad sexual, ya que es una mera cosa cuya propiedad pasa de su padre a su marido.
La base de este precepto es que la mujer es una posesión de su marido. Por ello la Biblia ordena el asesinato de los adúlteros en caso de que la mujer casada cometa adulterio, pero no en caso de que el hombre casado cometa adulterio.
Estas injusticias no son sólo propias del Cristianismo tradicionalista, sino de la mayor parte de culturas y religiones surgidas a partir de un cierto momento del Neolítico en que aumentaron las poblaciones y la lucha por los recursos, lo que dio lugar a las sociedades cada vez más jerarquizadas y patriarcales, en que el fuerte domina al débil, lo abusa y le impone las reglas que le interesa (might is right, el poder es derecho). Leer más…
DENIGRACIÓN DE INOCENTES SEXUAL/SENTIMENTALMENTE LIBRES
Un tipo de daño importante que se puede infligir a una persona inocente es dañar su reputación y autoestima, así como manipular a la gente a su alrededor para que se vuelvan contra dicho inocente, lo maltraten y lo marginen. Es lo que suelen hacer los bullies, maltratadores y narcisistas perversos. En vez de clavarles un cuchillo de frente, van tendiendo a su alrededor una alambrada de alambre de espino que van cerrando cada vez más hasta que se clave en su carne.
Apocalipsis 21:8: El autor de este libro, que según los expertos fue el apóstol Juan, pone a los que tienen sexo fuera del matrimonio al mismo nivel que los asesinos y añade que todos ellos son tan malos que merecen arder con fuego y azufre, a pesar de que sean unos inocentes que no hayan hecho ningún daño a nadie.
Gálatas 5:19: San Pablo considera que cualquier tipo de sexualidad fuera del matrimonio es algo inmundo, asqueroso, y por tanto el que lo practica es sucio.
Corintios 6:9-10: San Pablo vuelve a difamar a los que tienen sexo fuera del matrimonio llamándolos injustos y equiparándolos a los ladrones y estafadores.
Hebreos 13:4: les vuelve a pisotear su honorabilidad diciendo que no son honrosos y que por tanto Dios los juzgará.
Efesios 5:5: les vuelve a rebajar afirmando que son tan reprobables que Dios les rechazará.
Mateo 5:32: el que se divorcia comete adulterio, algo duramente condenado y castigado con la muerte en diversos versículos.
Mateo 19:9: ídem
Apocalipsis 17:1-5
Esos ataques a la reputación de inocentes están pensados para avergonzarlos, para hacer que se sientan mal y la consecuencia de tales humillaciones es arruinar su honorabilidad, el desprecio y prejuicio social, la marginación, el daño a su autoestima, el sentimiento de culpa y otros perjuicios que van desde pequeños a muy grandes.
Un Dios bondadoso nunca haría eso, por lo que conviene cuestionarse dichos versículos. Y desautorizarlos expresamente, considerándolos no como palabra de Dios sino como redactados por personas que vivieron hace muchos siglos.