Veamos qué dicen los Vedas, el Manusmriti, el Ramayana y el Mahabharata:
LOS VEDAS
Son los textos más antiguos y sagrados del hinduismo y contienen pasajes que reflejan una visión compleja del papel de la mujer. En el Rigveda, por ejemplo, hay himnos que alaban a las mujeres como sabias y profetisas. Sin embargo, también existen versos que establecen una jerarquía de género, como en el Atharvaveda, que describe a la esposa como subordinada a su esposo y enfatiza la importancia de su obediencia.
EL MANUSMRITI
También conocido como las Leyes de Manu, es uno de los textos más antiguos y fundamentales del hinduismo y prescribe normas detalladas sobre la conducta social y moral. Es objeto de intensas críticas por sus preceptos claramente machistas.
Una de las principales críticas es su visión de la mujer como subordinada al hombre en todas las etapas de su vida. En el capítulo 5, verso 148, el texto afirma:
«Una mujer no debe hacer nada independientemente, incluso en su propia casa.»
Esta declaración subraya la falta de autonomía de las mujeres, quienes son vistas como sujetas de la autoridad masculina.
Ese sometimiento se refuerza en el capítulo 9, verso 3, donde se estipula que una mujer debe estar bajo la tutela de su padre durante la infancia, de su esposo durante la juventud y de sus hijos en la vejez. Este ciclo perpetúa el control masculino y la dependencia femenina a lo largo de toda la vida de una mujer.
El Manusmriti también regula aspectos del matrimonio y la castidad femenina con un rigor desproporcionado en comparación con las libertades otorgadas a los hombres. Por ejemplo, en el capítulo 9, verso 94, se permite a un hombre tomar otra esposa si su esposa es desobediente o no le da hijos, lo que refuerza la idea de la mujer como propiedad o medio para un fin, más que como una persona con derechos propios. Este tipo de disposiciones refuerza la desigualdad de género y perpetúa la percepción de las mujeres como subordinadas a los deseos y necesidades masculinas.
Además, esta sagrada escritura prescribe castigos severos para las mujeres que no cumplen con sus roles tradicionales, mientras que las transgresiones similares por parte de los hombres suelen ser tratadas con mayor indulgencia. Este doble estándar legal y moral no sólo refleja, sino que también perpetúa, un sistema patriarcal que ha tenido una profunda influencia en la sociedad india a lo largo de los siglos.
EL RAMAYANA
En este libro el personaje de Sita es vista como el epítome de la devoción y la pureza, pero su vida está marcada por la obediencia y el sufrimiento debido a su esposo, Rama. Su abnegación y sacrificio son presentados como virtudes, lo que ha influido en la percepción tradicional del rol de la mujer.
EL MAHABHARATA
En este texto épico del hinduismo el tratamiento de Draupadi, que es humillada públicamente y cuyo destino está vinculado a los hombres de su vida, también subraya la vulnerabilidad y la dependencia de las mujeres.
EL MACHISMO EN EL HINDUISMO ACTUAL
Hoy en día en el hinduismo tradicionalista se sigue considerando a la mujer como alguien (¿o algo?) al servicio de su marido y que está para complacerlo. Por ello cuando muere aquél deja de tener la razón de ser de ella.
Y es por ese motivo que tradicionalmente se la quemaba viva en la pira funeraria junto al cadáver de su esposo. En la actualidad ello está prohibido, pero con todo en ambientes fundamentalistas todavía se dan algunos pocos casos aislados.
Lo que está mucho más extendido entre los conservadores es reducir las viudas a simples deshechos y echarlas de sus casas, sin ningún derecho de herencia. Bastantes de ellas sufren un grave abuso y marginación. Según la tradición hindú, son vistas como portadoras de mala suerte y a menudo son responsabilizadas por la muerte de sus esposos. Esta creencia las condena a una vida de aislamiento y privaciones.
Al enviudar, las mujeres que son expulsadas de sus hogares y despojadas de sus propiedades son forzadas a vivir en ashrams o en las calles, dependiendo de limosnas u ONGs para sobrevivir.
Por tanto, la marginación de las viudas es al mismo tiempo social y económica. Privadas de educación y oportunidades laborales, a menudo viven en pobreza extrema. Además, padecen abuso físico y emocional, tanto en la esfera pública como privada, agravando su vulnerabilidad.
¡CAMBIEMOS ESAS INJUSTICIAS YA!
Afortunadamente parte de los estudiosos y creyentes están reinterpretando los textos sagrados para promover la igualdad de género. Movimientos dentro del hinduismo buscan empoderar a las mujeres y erradicar las prácticas discriminatorias.
Apoyemos estos movimientos y que se extienda la reforma.