¡CONSTRUYAMOS UN MUNDO MEJOR!: COSMOPOLITISMO ENRIQUECEDOR SÍ, MULTICULTURALISMO DAÑINO NO
El cosmopolitismo enriquecedor es abierto, respetuoso, tolerante, estimulante, interesante, moderno y cool, mientras que la degradación multicultural es lo contrario: nociva, empobrecedora, involucionadora, tercermundizadora, retrogadizadora, a veces incluso medievalizadora y encutrecedora.
En el primero la suma de 2+2 es superior a 4. En cambio, en la segunda el resultado no sólo es inferior a esa cifra, sino que incluso puede llegar a ser negativa. En vez de una suma resulta ser un resta.
Los ambientes cosmopolitas están compuestos de individuos con miras amplias, receptivos a todo lo bueno que venga de fuera, sin poner barreras en función de la nacionalidad, raza, procedencia, etc., sino sólo en base a la nocividad. A menudo son ambientes formados por personas de orígenes muy diversos, pero no tiene por qué. La clave es la actitud ante la vida, que suele ser de vivir y dejar vivir e inclusiva con todo aquello que no sea dañino. Esos círculos en que hay curiosidad y motivación por construir suelen ser una tierra fecunda para la difusión de nuevas ideas y avances, para el emprendimiento, las iniciativas y la innovación, el progreso, la orientación hacia la excelencia y la mejora continuada.
Es el caso de la Atenas de Pericles en el siglo V antes de Jesucristo, la Florencia de los Medici en el Renacimiento, el París en los siglos XVIII y XIX, Nueva York y Berlín en los felices años 20 o San Francisco, Londres, Ámsterdam e Ibiza en los años 60 y siguientes. Al igual que la formación del Arco Iris en el momento en que confluyen ciertos elementos atmosféricos, cuando se juntan ciertas circunstancias en determinados lugares y épocas, se crean esos ambientes inspiradores e incluso mágicos con un humus enriquecido de libertad y librepensamiento. Los mismos atraen a gente creativa e inquieta, y con ella se produce un florecimiento cultural, artístico, científico, tecnológico, económico y/o social.
En cambio, multiculturalismo tóxico está integrado por comunidades cerradas regidas por estrictas reglas arcaicas, punitivas con los que se salen de dichas normas, parte de ellas absurdas, a veces enormemente dañinas y crueles con inocentes. Son recelosas de lo exterior, endógamas y ensimismadas. Siempre se miran el mismo obligo y repiten los mismos rituales y comportamientos, una y otra vez, año tras año, siglo tras siglo, impermeables al paso del tiempo. Sus miembros se suelen casar entre ellos y hasta sus amigos pertenecen a la misma comunidad.
El cosmopolitismo se compone de individuos y el multiculturalismo de tribus. El primero se basa en personas civilizadas que evolucionan hacia un futuro cada vez mejor y el segundo en grupos étnicos altamente gregarios y anclados en el pasado y la mediocridad.
La inmigración del segundo tipo lleva a la compartimentación de la sociedad en guetos, en diferentes sociedades paralelas, a veces enfrentadas. Es posible que tarde o temprano surjan entre ellas tensiones, conflictos violentos o incluso guerras, como en el Líbano o los Balcanes.
La degradación que genera en ciertos barrios lleva a que vecinos de toda la vida tengan que huir de los mismos. Pero los que no se lo pueden permitir económicamente se quedan atrapados en esos vecindarios contra su voluntad, siendo víctimas de un ambiente cada vez más deteriorado, inseguro, opresivo y en decadencia.
¡CONSTRUYAMONS UN MUNDO MEJOR!: Progreso y calidad de vida sí, decadencia nociva no
No permitamos que ello suceda. No abramos las puertas de sociedades razonablemente evolucionadas a invasores bárbaros, como hizo el Imperio Romano con aquellos que acabarían destruyéndolo y dominándolo. Y en los colegios y familias fomentemos el aperturismo hacia lo que sea nutritivo y el internacionalismo saludable (en equilibrio con el sano apego por la parte positiva del acervo cultural heredado de la propia familia y sociedad) frente al tribalismo atrasado y dañino.