¡NO HONREMOS A VILLANOS!: PEDRO EL GRANDE, CATALINA LA GRANDE, LENIN, STALIN

Rusia es un país muy grande y cuenta con canallas muy grandes que han causando sufrimientos muy grandes a un número de personas muy grande. Pedro I el Grande, Stalin y Lenin son ejemplos de manual. En cambio, Catalina la Grande no fue una villana, pero tampoco merece ser homenajeada.

PEDRO I EL GRANDE

Este emperador modernizó y europeizó Rusia. Es venerado por los nacionalistas rusos porque con sus nuevas conquistas su país pasó de ser un reino a un imperio.

Pero esas invasiones supusieron muchas muertes y sufrimiento, además de que el alto coste de las mismas era a costa del empobrecimiento del grueso de la población, siervos (básicamente esclavos) que ya vivían en la extrema pobreza. Por otro, lado era a estos siervos a los que usaba como carne de cañón en sus guerras, obligándolos a luchar en las mismas como si fueran meras piececitas.

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Asimismo, construyó la bella San Petersburgo como capital en unas marismas, también con siervos obligados a trabajar durante muchas horas al día. Unos 30.000 de ellos murieron.

Pero lo peor de todo es que fue una persona cruel que aplicaba torturas despiadadas; incluso a su hijo torturó hasta la muerte. Además, gustaba de ejecuciones extremadamente dolorosas, como empalar lentamente.

CATALINA LA GRANDE

Era muy diferente al malvado Pedro. Esta emperatriz era una alemana ilustrada que se carteaba con Voltaire y que tenía muy buenas intenciones de mejora del país y de la vida de sus habitantes. Fue modernizadora y mecenas de las ciencias y las artes. También quería abolir la servitud, una especie de esclavitud a que estaba sujeta la mayor parte de la población rusa.

Lo que sucedió es que al final dio prioridad a sus intereses egoístas, por lo que no sólo no la suprimió, sino que la extendió a Ucrania. Y además, hizo prevalecer sus ambiciones personales de conquistas imperiales que le diesen prestigio, poder, relevancia y “gloria” al bienestar de la población, causando muchos sufrimientos.

Fue por tanto parecida a Federico el Grande de Prusia y, en menor medida, con Thomas Jefferson y George Washington, de quienes fue más o menos contemporánea y con los cuales compartía las ideas ilustradas. Al igual que aquellos, no fue ningún monstruo, pero tampoco merecedora de homenaje.

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LENIN Y STALIN

El primero todavía sigue en el mausoleo que le dedicaron en la Plaza Roja, la principal de Moscú y de todo el país. El segundo continúa siendo glorificado por bastantes, los cuales muestran su retrato con orgullo y nostalgia. De hecho, según los sondeos, a la mayoría de rusos les gusta, lo respetan o lo admiran.

Y las autoridades tienen una postura ambivalente, pero en cualquier caso nacionalista e imperialista, por lo que honran su pasado, tanto el de los zares como el soviético. La postura del gobierno es de cierto distanciamiento de Lenin, por haber perdido parte de los territorios del imperio, pero de cierta admiración a Stalin, por haberlo ampliado. Todo ello a pesar de las violaciones masivas de derechos humanos de decenas de millones de víctimas inocentes que cometieron ambos líderes. 

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Sería mucho más justo mostrar repulsa por dichos personajes y honrar a otros que han luchado por la justicia, como los decembristas o los sublevados en la revolución de febrero de 1917, una revolución liberal y socialdemócrata muy diferente a la comunista que tendría lugar el octubre del mismo año.

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Gracias por compartir para limpiar la memoria histórica,