Para no externos demasiado destacaremos los siguientes:
En RUMANÍA el héroe nacional es Vlad Dracul el Empalador, también conocido como el Conde Drácula, a quien honran con estatuas.
Si le llaman el Empalador es justamente porque empalaba para que le temiesen. Y no empaló a 1 ó 2 personas, ni tampoco 20 ó 30. ¡Nada menos que más de 20.000 víctimas! La mayor parte de ellos eran prisioneros de guerra a los que los otomanos les obligaban a combatir contra Vlad.
Para empalar metían a martillazos un palo lubricado por el ano de la víctima hasta que salía por el hombro. Los ejecutores experimentados lo hacían de tal manera que apenas dañase los órganos vitales para que muerte fuese más lenta y dolorosa. Una vez introducida la estaca, la ponían de pie. La víctima podía tardar horas o días en morir. Esta descripción puede resultar muy desagradable, pero conviene saber qué hacian exactamente los supuestos héroes nacionales para abrir los ojos.
En BÉLGICA, aparte de Carlos V, tenemos especialmente al rey Leopoldo II, que cometió auténticas atrocidades en el Congo. Allí impuso un régimen de terror para obtener en sus plantaciones de caucho el máximo rendimiento de los africanos obligados a trabajar en las mismas. 10 millones de africanos murieron bajo su reinado y muchos otros fueron víctimas de amputaciones de brazos a modo de castigo por no cumplir las elevadas cuotas de producción y de malos tratos.
Y a pesar de ello todavía quedan estatuas del mismo, aunque hay un debate sobre qué hacer con ellas.
En los vecinos PAÍSES BAJOS tenemos a Jan Pieterszoon Coen, héroe nacional, a pesar de ser un genocida. El motivo es que dio impulso a la expansión en Asia de la Compañía Holandesa de Indias Orientales, empresa que sigue siendo honrada por bastantes holandeses como máximo icono de la Edad de Oro holandesa en el siglo XVII, a pesar de las atrocidades que cometió.
En PORTUGAL tenemos a los reyes y descubridores artífices del imperio portugués, a los que se dedica el monumento probablemente más importante de todo el país.
Y en general, en bastantes países europeos, contamos con los grandes iconovillanos que son los imperios coloniales. Parte de los europeos están orgullosos de ellos y ven a sus conquistadores como héroes que realizaron hazañas gloriosas, que dieron grandeza a sus naciones.
La realidad es que llevaron a cabo conquistas sangrientas que causaron muchos sufrimientos a inocentes. Introdujeron sistemas de explotación (esclavitud, servitud, trabajos forzados) y abuso a los pueblos indígenas o a esclavos llevados desde África o Asia. Todo ello acompañado de masacres y genocidios, robo de tierras a gran escala, violaciones de mujeres, torturas y malos tratos.
Algunos, como bastantes en el REINO UNIDO, creen ilusamente que su imperio fue bastante benigno. Nada más lejos de la realidad. No existen imperios benevolentes, ya que para dominar y someter hay que luchar, oprimir, castigar y generar miedo. Leer más…