Efesios 5:22: San Pablo vuelve a decir lo mismo, ya que parece que tiene auténtica obsesión con la sumisión de las mujeres a sus maridos.
Pedro 3:1, en que esta vez es San Pedro quien dice lo mismo que San Pablo y además cómo han de comportarse las mujeres.
Se trata de ideas no sólo propias del cristianismo tradicionalista, sino de las diferentes religiones y culturas creadas desde cierta fase del Neolítico hasta el triunfo de las ideas feministas herederas de la Ilustración.
Durante la mayor parte de nuestra historia hubieron las bandas igualitarias de recolectores cazadores del Paleolítico y aldeas agrícolas también igualitarias de la primera etapa del Neolítico. Pero con el crecimiento de la población y la lucha por las tierras entre diferentes aldeas se fue dando paso a sociedades agrícolas o de pastores cada vez más jerarquizadas, patriarcales y abusivas en todos los continentes hasta la penetración de las ideas liberales en el siglo XIX. Fue un fenómeno generalizado, en casi todas partes. Y justamente el Oriente Medio en que vivían las tribus judías fue uno de los primero lugares donde se inició este proceso.
Por ello, lo racional es entender esos Versículos Dañinos en dicho contexto histórico, redactados por autores machistas imbuidos de la mentalidad de dominación y de “might is right” (el poder es derecho) típica de su época y a los que convenía tener a sus esposas sometidas y no como la voluntad de un Dios equitativo.
INFERIORIZACIÓN
Nuevo Testamento:
Corintios 11:2-10: como la mujer es inferior al hombre, debe cubrirse la cabeza o raparse en los servicios religiosos. Es por ello que todavía sigue la práctica de muchas mujeres de cubrirse la cabeza cuando van a ver al Papa.
Eclesiastés 7:28: «Por más que busqué no encontré; entre mil se puede encontrar un hombre cabal, pero mujer cabal, ni una entre todas.»
No hacen falta comentarios.
DENIGRACIÓN
Antiguo Testamento:
Éxodo 20:17: pone a la mujer al nivel de una simple cosa:
“17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo/siervo, ni su esclava/sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.”
Levítico 21:13-14: un sumo sacerdote debe tomar como esposa a una virgen y no a una divorciada, prostituta, viuda u otra mujer que haya perdido su virginidad, ya que a éstas se las considera de segunda categoría. En cambio, nunca se habla de no casarse con hombres que hayan perdido su virginidad: la doble vara de medir.
Corintios 14: 34-35: San Pablo ordena a las mujeres que estén calladitas en misas y celebraciones religiosas y si tienen alguna duda que pregunten luego a su marido en casa.
Timoteo 2:11-15: San Pablo vuelve a mandar que mantengan el pico bien cerrado, comportándose como simples floreros (por usar palabras actuales), no consintiendo que enseñen, ya que son inferiores a los hombres, pues Dios creó primero a Adán, y además Eva cometió transgresión, por lo que a partir de ese momento todas las mujeres deben ser degradadas. Pero les salva la vida si se mantienen en su rol de buenas reproductoras, y siempre calladitas, sumisas y con la cabeza gacha, como simples accesorios de los hombres y como madres.
No sólo convendría que el Vaticano y las autoridades de otras confesiones cristianas desautorizasen y desaprobasen explícitamente los Versículos Dañinos anteriores sino también a padres, doctores y santos de la Iglesia como los siguientes:
San Agustín: »La mujer es una burra tozuda, un gusano terrible en el corazón del hombre, hija de la mentira, centinela del infierno, ella ha expulsado a Adán del Paraíso.»
San Juan Crisóstomo: »La mujer es un error de la naturaleza, nace de un esperma en mal estado.»
Santo Tomás de Aquino: »Los hombres tienen hombros anchos y caderas estrechas. Están dotados de inteligencia. Las mujeres tienen hombros estrechos y caderas anchas, para tener hijos y quedarse en casa.»
Y también los versículos que autorizan la violación y asesinato de las mujeres.