ya que te consideran una mera mercancía de la que sacar el máximo provecho, te dan la vuelta y te cuelgan a la cinta insertando uno de tus tobillos en un hierro que te hace daño. Ya tienes la cabeza abajo y te duele el tobillo porque soporta todo el peso del cuerpo. Si pesas mucho sufrirás desgarros y roturas.
Pero peor que el dolor es el miedo que estás sufriendo.
La cinta avanza y ves cómo a las personas que hay más adelante les meten su cabeza en agua o les ponen un instrumento en su cabeza, tras la cual parecen estar muertas. Conforme te acercas a ello aumenta tu ansiedad hasta que te toca a ti.
Cuando te aplican la descarga eléctrica en realidad todavía no estarás muerta. Si tienes suerte te darán un aturdimiento rápido, pero si no será doloroso. Tras el mismo, si tienes suerte quedarás inconsciente y dejarás de sufrir. Pero si el aturdimiento falla o no te lo dan porque han decidido usar tus músculos como carne halal o kosher (o en realidad no lo harán pero dirán que sí como excusa para reducir costes de matadero), seguirás consciente y verás como irán matando, uno por uno, a todos los que hay delante de ti. Cuando llegue tu turno te harán un corte en tu cuello y te irás desangrando.

Si estás embarazada, tu hij@ permanecerá dentro viv@ mientras tú ya estás muerta, hasta que más tarde otra persona abra tu tripa y saquen a tu hij@, a quien matarán también.
Ni siquiera al final de tu vida, el sector cárnico y lácteo que te explotó para sacar el máximo beneficio posible de cualquier parte de tu cuerpo, tiene un gesto de consideración hacia ti, por sensible y pacífica que seas.
Es una experiencia que no desearías para ti o para tus seres queridos, ¿verdad?. Luego entonces, ¿por qué la das a los demás?
Porque esa experiencia tan desagradable y degradante es lo que damos cada año más de 900 millones de seres sintientes (más de 900.000 millones en una década y 4,5 BILLONES con B en un período de 50 años).

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Una muerte benigna es una muerte natural o una eutanasia indolora en el hábitat en el que vive el animal, aplicándole una inyección con una sustancia indolora sin que los demás animales vean que le están matando y por tanto teman que les toque a ellos también.
¿Qué puede hacer una persona ética y con empatía para terminar con esas crueldades?:
- Elegir opciones vegetales en tu alimentación.
- Votar a partidos políticos anti crueldad.
- Firmar en campañas como ésta de Igualdad Animal.
- Compartir este tipo de mensajes.
- Convencer a personas de tu entorno.
- Donar dinero, tanto al Instituto del Bienestar como a ONGs que están haciendo un excelente trabajo de defensa de los animales, como Igualdad Animal o PETA.
- Hacerte voluntario.