Los anoraks, edredones y otros artículos rellenos con plumón en realidad de lo que están llenos es de sufrimiento y crueldad.
Imagínate que te secuestran a ti o a la persona que más quieres y os encierran en condiciones deplorables de hacinamiento y suciedad en que apenas podéis respirar. Os arrancan del estilo de vida que es natural para vosotros y que os encanta, nadando en bellos entornos acuáticos y disfrutando de vuestra libertad mientras voláis con los vuestros miles de kilómetros en vuestras largas migraciones.
Toda esa felicidad se acabó para siempre ¿Por qué? Porque sirve para enriquecer a los miserables que os explotan y maltratan y para satisfacer los caprichos de sus cómplices que compran prendas rellenas con vuestro dolor.
A partir de ahora estaréis constantemente bajo altos niveles de estrés. En esas condiciones tan duras y desquiciantes dejaréis de comportaros de maneral normal y os volveréis agresivos, atacándoos los unos a los otros y arrancándoos a menudo las plumas.
Muchos intentarán escapar de ese ambiente tan tóxico, muriendo al aplastaros los unos a los otros. Además, el hacinamiento y la suciedad hará que las enfermedades se extiendan a sus anchas.
Pero lo peor está por llegar. Porque al cabo de unas semanas vendrán unos desalmados y te llevarán a la cámara de tormento, donde te sujetarán firmemente mientras te van arrancando tu pelo, sin ningún tipo de anestesia. Gritarás del dolor, pero tus torturadores permanecerán indiferentes, porque a ellos les beneficia y te reducen a una simple cosa no digna de empatía.
Y también porque son unos especistas, antropocéntricos explotadores y supremacistas que creen que son superiores a ti y que por ello pueden hacer contigo cuanto se les antoje, por muchos sufrimientos que te cause.
Ese horror te lo cometerán cada 6 semanas. Posiblemente ello te deje heridas abiertas, que tu torturador te coserá con hilo y aguja sin usar analgésicos. Es incluso es posible que mueras como resultado del procedimiento.
Y si sobrevives, igualmente te enviarán al matadero para asesinarte a una edad mucho más joven de lo que sería tu esperanza de vida en condiciones normales.
Ese proceso repetitivo no sólo prolonga tu sufrimiento físico, sino que también incrementa tu estrés miedo, resultando en una calidad de vida extremadamente pobre.
¿Cómo te sentirías y qué pensarías de todo ello?
Pues lo que no quieres para ti no lo hagas a los demás. Porque eso es lo que hacen con 3.400 millones (con M) de gansos y patos que tienen en su piel nocireceptores, es decir, receptores del dolor, al igual que nosotros, que hace que lo sintamos si nos arrancan pelos.
La pared folicular de la pluma es rica en fibras aferentes somáticas sensoriales y los nervios están presentes en los músculos de la papila, por lo que el proceso de desplume es extremadamente doloroso para las aves.
Los veterinarios, e incluso los criadores de gansos consideran esta práctica «extremadamente cruel». También lo es atar las patas de las aves por encima de sus espaldas mientras son desplumados.
Durante la extracción de plumas, sin ningún tipo de analgésico, se rompen alas y se generan diferentes heridas que no son tratadas, lo que significa que los animales sienten un 100% del dolor durante todo el proceso. Es tan intenso y prolongado que a veces da lugar a ataques al corazón.