En algunos países más avanzados, como Suiza, ya se ha prohibido la trituración de pollitos. Y en vez de ello usan un sistema mucho más civilizado para averiguar el sexo en los huevos. Ello tiene un mayor coste y es por ello que las granjas se oponen a ello, ya que buscan la optimización del beneficio a costa del sufrimiento ajeno. Y con la mayoría de consumidores sucede en gran medida lo mismo: quieren ante todo carne, huevos y lácteos baratos aunque sea a expensas de dañar a otros.
Pero no sólo somos hiperdepredación y egoísmo negativo (el que busca cosas buenas para nosotros mismos y nuestros seres queridos a costa de los demás), sino que también tenemos en una parte del cerebro un sentido innato de la justicia que nos dice lo que está bien y lo que está mal. Y por eso apelo a tu sentido congénito de la ética para que firmes la campaña de Igualdad Animal contra la trituración de pollitos vivos.
Es bueno pasar del egoísmo negativo a otro saludable consistente en ser lo más feliz posible sin hacer daño a los demás, preferiblemente contribuyendo además a construir un mundo mejor en que vivir para todos, un mundo más feliz y con menos abusos y crueldades.
¡APORTA TU GRANITO DE ARENA!
Gracias por firmar, compartir, convencer, elegir opciones vegetales, votar a partidos anticrueldad, donar dinero y/o luchar de otras maneras por un mundo más benigno,