¡NO HONREMOS A VILLANOS!: JAIME I EL CONQUISTADOR, REYES CATÓLICOS, CARLOS I / V, FELIPE II...
JAIME I EL CONQUISTADOR
En Cataluña, Valencia y Baleares todavía se honra, sobre todo los nacionalistas, a Jaume I el Conqueridor por conquistar las Baleares y Valencia y por tanto ser el padre de que algunos denominan “Païssos Catalans” (territorios en que se habla el idioma catalán/valenciano).
Su padre Pedro II había perdido en la batalla de Muret frente al rey de Francia considerables territorios al norte de los Pirineos, in grosso modo lo que hoy es la Provenza y la región Occitania. Cuando su hijo Jaume I le sucede, se encuentra con que, tras la pérdida de esas tierras, sólo le quedaba el condado de Barcelona, el reino de Aragón y el señorío de Montpelier, bastante menos que lo que poseía su padre.
Como no se conformaba con eso, pobrissó (pobrecito), lo compensó conquistado nuevos territorios. El primero fue Mallorca, donde cometió un genocidio de prácticamente toda su población, para repoblarlo básicamente con lo que hoy llamaríamos catalanes, franceses y en menor medida italianos.
Como ello no era suficiente para sus ambiciones, conquistó la isla Ibiza, pero como era muy magnánimo perdonó a sus habitantes la vida y los convirtió a todos en esclavos. Luego le tocó el turno a la región de Valencia, donde, en un acto de bondad, se limitó a expoliar la tierras, casas y riquezas de sus habitantes para darlas a los nuevos pobladores aragoneses, catalanes, franceses y navarros.
Si hoy alguien cometiese semejantes atropellos, sería condenado en la Corte Internacional de la Haya por crímenes contra la humanidad. Sin embargo, en Cataluña, Valencia y Baleares se le dedican monumentos, nombres de calles importantes o incluso de una universidad.
A diferencia de países como Francia o Alemania, en que hay una tendencia a retirar a los iconovillanos del espacio público o recontextualizarlos, en estas tierras no se está dando ese proceso de limpieza moral.
El principal referente del nacionalismo español son Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, por ser los fundadores de España, haber finalizado la reconquista y haber iniciado el imperio español. Los consideran la piedra angular de la nación, en el centro del arco, a cuyo lado están otras 2 grandes piedras: en el derecho Don Pelayo y en el izquierdo Carlos I de España y V de Alemania.
Pero la realidad es que los Reyes Católicos cometieron crímenes a gran escala cuyos sufrimientos causados no tenían nada que envidiar a los de Jaume I:
El Rey Fernando de Aragón sometió a esclavitud a los habitantes conquistados de Málaga.
Más tarde su esposa Isabel hizo lo mismo con los habitantes del caído Reino de Granada.
A continuación, lo efectuó con los guanches, los nativos de las conquistadas Islas Canarias o, mejor dicho, con aquellos que no se habían suicidado tirándose por las peñas para no ser esclavizados.
Como no tenían suficiente para satisfacer su codicia, luego conquistaron América, robaron las tierras y riquezas a los indígenas y los sometieron al sistema de encomienda, un tipo de servitud o trabajo forzoso en teoría menos gravoso que la esclavitud, pero que en la práctica a menudo era similar.
Además, expulsaron a los judíos de España.
Y, por si fuera poco, promovieron la tortura y los horrores de la Inquisición.
CARLOS I / V
El segundo o tercer icono más importante del relato españolista es el que llaman Carlos I de España y V de Alemania, aunque en aquella época se le llamaba Carlos V (y así es como se le llama en todas partes menos España).
Bastantes españoles se sienten orgullosos de él porque lo consideran un monarca español que consiguió para su país un gran imperio donde nunca se ponía el sol, que comprendía buena parte de Europa, América y lugares de Asia.
Para empezar, ello no es así, ya que en realidad era un belga con ancestros de varios lugares de Europa cuyo idioma era el francés y que no aprendió español hasta que le nombraron rey de España. Tampoco vivía en estas tierras, sino que se movía por las diferentes partes de Europa en que participaba en guerras. Y no consiguió un imperio para los españoles, sino un gran patrimonio para sí mismo y su familia, siendo sus vasallos españoles una parte más de sus pertenencias.
Pero lo que nos interesa aquí son los numerosos sufrimientos que causó a inocentes, tanto en el Viejo como en el Nuevo Continente:
En las Américas emprendió la conquista de nuevos territorios, acompañadas de asesinatos a inocentes, robo de tierras y la opresión y maltrato a los indígenas denunciados con detalle por Fray Bartolomé de las Casas, ante lo cual el emperador reaccionó, pero con cierta tibieza.
Además, fue durante su reinado cuando se inició de verdad el tráfico trasatlántico de esclavos africanos a sus colonias.
En Europa dedicó buena parte de su vida a guerras y conquistas con la que alimentar su ego, a expensar de grandes sufrimientos a un gran número de personas.
Fue durante su reinado que apareció en protestantismo, en la Alemania de la que él era emperador. Su reacción no fue la de tolerar esa forma de pensar diferente, sino de perseguirla y reprimirla mediante la fuerza, causando, una vez más, muchos daños.
El tercer icono del relato nacionalista español es su hijo Felipe II, todavía más siniestro que su padre y con más ensañamiento en la persecución de protestantes.
LOS CONQUISTADORES DE AMÉRICA
Y no podemos olvidar a los conquistadores de los cuales algunos patriotas españoles están tan orgullosos, especialmente a Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Pizarro o Núñez de Balboa, que en realidad eran unos viles criminales que cometieron grandes atropellos contra inocentes, utilizando además métodos crueles como lanzar a sus perros asesinos para que destrozasen a indígenas homosexuales.
Y sin embargo, a diferencia de países como Francia, Alemania o Bélgica, en que hay una tendencia a retirar a los iconovillanos del espacio público o recontextualizarlos, en estas tierras no se está dando ese proceso civilizatorio.
Destronemos a todos esos personajes malvados y quitémosles todo halo de gloria y grandeza. Si los convertimos en farolas en medio de la noche chocaremos y nos haremos daño. Mejor dejémonos iluminar por las que funcionan bien, es decir, los que han contribuido a un mundo mejor y más feliz.
Gracias por compartir para colaborar con esta noble causa,