Es muy conveniente hacerlo tanto en la familia como en el colegio, concienciando, contagiando ideas, convenciendo, puliendo sus conductas y dando ejemplo con nuestros actos. Hagámoslo en la asignatura de ética o valores, pero también en el patio. Demos elogios y premios por las buenas actitudes, pero también desaprobación por las malas. Y especialmente seamos rigurosos en evitar en bullying.
La inclinación genética que tenemos hacia la malignidad está tan arraigada que para poder neutralizarla con eficacia es necesario que la enseñanza de la benignidad sea suficientemente INTENSA. Es como un árbol torcido, que para enderezarlo hay que hacer la fuerza necesaria en el sentido contrario.
Es la manera de que las siguientes generaciones sean mejores que nosotros, del mismo modo que nosotros somos más civilizados que las que encerraban en la cárcel a gais inocentes y todavía más que las que quemaban en la hoguera a gente cuyo único pecado era pensar diferentes o que empalaban, crucificaban y cometían otras atrocidades similares.
Si los escandinavos o los suizos se han vuelto bastante civilizados, ello es en gran medida por la manera en que educan a los niños, con pedagogía y presión social al mismo tiempo.
¡Hagamos que la generación siguiente suba como mínimo 1 escalón! Aunque si pueden ser 10, todavía mejor.
Para desabusizar nuestras sociedades tomemos también como ejemplo la exitosa desnazificación de Alemania en los años 40 y 50. La misma se ha basado en la educación en el colegio, visitas a campos de concentración y exterminio para ver los sufrimientos causados, el rechazo del nacionalismo (siendo incluso mal visto agitar la bandera alemana), etc. Han ido filtrando las aguas fecales y hay que felicitarles porque las han dejado bastante limpias.
Estamos condicionados por nuestra genética, pero la educación tiene un gran impacto, hasta el punto de que puede ser decisiva para reformar la el lado oscuro que todos tenemos. Por ello, ¡saquemos la mejor versión de nuestros hijos!
Si no lo hacemos, aunque aprobemos miles de preceptos legales para evitar abusos y contratemos miles de jueces, fiscales, abogados y policías, constantemente habrá atropellos. Y los juzgados seguirán colapsados con millones de casos en que alguien ha pisoteado derechos de los demás.
Es más, las consecuencias de la mala educación pueden ser mucho más fatales que ello, pudiéndose repetir catástrofes como la Primera y la Segunda Guerra Mundial, porque nuestros genes apenas han cambiado desde entonces. La semilla del abuso siempre está en nuestro ADN y puede brotar en cualquier momento. Por ello, no bajemos la guardia y transmitamos en todo el mundo valores bondadosos.
¿Qué puede hacer una persona ética y de buena fe para conseguirlo?
1. Educar en esos valores a sus hijos y nietos.
2. Firmar esta campaña para pedir a todos los gobiernos que se enseñe en los colegios la ética de la bondad. ¡FIRMA YA!…
3. Compartir con el máximo de gente. En el planeta vivimos más de 8.000 millones de humanos. Pero si tú compartes con una parte de ellos y los convences de que también lo hagan, se puede acabar creando una cadena que llegue a mucha gente.
Gracias por contribuir a desarrollar un mundo no tóxico, sino nutritivo,