¡NO DAÑEMOS!: COMBATAMOS LAS AGRESIONES INJUSTAS CONTRA JUDÍOS
Los judíos han sido a lo largo de la historia víctimas de matanzas, expulsiones, discriminaciones, odio y otros daños al amparo de justificaciones falsas, como el deicidio, el envenenamiento de pozos, los libelos de sangre o que son una raza inferior. Leer más en…
DESMONTEMOS LAS JUSTIFICACIONES INJUSTAS DE LA VICTIMIZACIÓN DE JUDÍOS
A partir del siglo XIX surgieron nuevas teorías de la conspiración, como que los judíos querían gobernar el mundo o que controlaban la economía mundial o los medios de comunicación, alimentando la desconfianza y odio hacia ellos. Todo ello sin aportar pruebas de ningún tipo, pero hay mucha gente que se cree los rumores sin cuestionárselos.
Esas teorías también se han usado como narrativas justificadoras del abuso de los judíos, ya que como sabemos que maltratar a los demás está mal, se hace necesario algún tipo de excusa para ello.
Por eso se ha ido recurriendo a pretextos absurdos e incluso contradictorios entre sí, porque se ha acusado a los hebreos al mismo tiempo de capitalistas y de comunistas, de ser una comunidad cerrada y de ser cosmopolitas sin raíces…
Se les ha odiado y dañado en tantos lugares y épocas diferentes que uno podría pensar que tal vez había algún motivo legítimo para ello, que quizás era un pueblo abusivo.
Pero cuando se profundiza se ve que eso no es así. Lo único que podría tener algún sentido es lo de la usura, pero ello no está nada claro. Porque probablemente muchos de los préstamos que hacían en el pasado eran de alto riesgo, ya que hace siglos no había las hipotecas ni las garantías de los tiempos modernos. Y cuantos más riesgos haya, es justo que más altos sean los intereses, como sucede en la actualidad.
En cualquier caso, los prestatarios eran libres de aceptar o no financiación con altos tipos de interés. Nadie les obligaba a ello y por tanto ellos eran los responsables si después no podían devolver sus deudas junto con los intereses. Es muy fácil echar la culpa a los demás por los propios actos y decisiones.
A diferencia de algunas comunidades gitanas (aunque no todas ni tampoco todos los miembros de las mismas), en que la mayoría de sus miembros sí eran e incluso son en la actualidad abusivos con los payos, los judíos ni eran ni son así. Por tanto, es muy injusto lo que se ha hecho con ellos… y se sigue haciendo.
Porque, por ejemplo, actualmente también se utiliza el conflicto israelí-palestino como motivo para expresar odio contra los hebreos en general, acosarlos e incluso pretender expulsarlos a todos de Israel. Es lícito (y un deber moral) criticar al gobierno israelí por sus abusos a inocentes, pero los que sólo lo hacen con éste y no con Hamás son unos partidistas que no juegan limpio, ya que esta organización terrorista y fundamentalista también viola derechos humanos de inocentes, incluyendo de otras nacionalidades e incluso niños.
Por otro lado, hay múltiples guerras y conflictos en diferentes continentes en que también se cometen atropellos, como el genocidio de Sudán, la opresión de los uigures, las guerras del Congo y otros países africanos. Algunos producen un número mucho mayor de víctimas. Luego entonces, ¿por qué callan frente a ellos y en cambio se obsesionan tanto con los israelís?
Porque es un tema identitario y de seguir al rebaño adonde vaya. Por ello nunca o casi nunca los veremos ver denunciando atrocidades cometidas por musulmanes, ya que son arbitrarios, carecen de imparcialidad y usan dobles vara de medir.
De hecho, algún estudio que concluye que la mayor parte de personas que aplican los dobles raseros anteriores (normalmente ultraizquierdistas o musulmanes) son también antisemitas.
Y, además, sigue existiendo el efecto envidia hacia los numerosos judíos exitosos (a nivel empresarial, científico, artístico, profesional, etc.) y el de linchamiento de chivos expiatorios.
En los últimos años han aumentado los actos violentos contra judíos, en diferentes países, como Francia o Alemania, sobre todo parte de musulmanes y de la extrema derecha, así como el acoso por parte de ultraizquierdistas.
3.- Mantener la memoria histórica para que las siguientes generaciones sigan siendo conscientes de las consecuencias del odio e intolerancia hacia inocentes.
4.- Presionar a las autoridades para que actúen con suficiente contundencia hacia las agresiones y acosos antisemitas.
5.- Promover el diálogo interreligioso e intercultural para desmantelar prejuicios.
6.- Fomentar que las redes sociales y medios de comunicación denuncien y eliminen contenido antisemita.