¡EVITEMOS DAÑOS EN EL CRISTIANISMO!: ASESINATO Y MALTRATO A LOS LGTBI
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento prescriben el asesinato y maltrato de homosexuales y la degradación del colectivo LGTBI
ASESINATO Y MALTRATO DE HOMOSEXUALES
Antiguo Testamento:
Levítico 20:13: ordena el homicidio de los hombres que tienen sexo con personas del mismo sexo
Nuevo Testamento:
Judas 1:7: los habitantes de Sodoma y Gomorra merecieron su asesinato, quemados por el fuego que caía del cielo, así como el fuego eterno por tener sexo fuera del matrimonio y actos homosexuales, para que sirva como ejemplo a los demás.
Romanos 1: 26-27: San Pablo afirma que los gais, lesbianas y bisexuales que tienen sexo con personas del mismo género son unos extraviados que cometen actos vergonzosos merecedores de castigo (a pesar de que son personas inocentes que no hacen daño a nadie).
El castigo es un daño que se causa a alguien para desincentivar que se cometa el acto que se quiere evitar, en este caso un acto inocuo. Y en la época de San Pablo esos daños solían ser crueles y degradantes, consistiendo habitualmente maltrato físico y psicológico causante de sufrimiento, a veces muy grande.
Todo lo anterior ha ocasionado grandes padecimientos, hasta el presente, causados por:
1. Las autoridades religiosas y civiles, como quema en la hoguera, torturas horribles como la Cuna de Judas o la Pera de la angustia, cortar testículos sin anestesia o vejaciones como hacerles desfilar en público desnudos después de haberles introducido un palo dentro del pene. A partir de la Ilustración los castigos tendieron a pasar a penas de cárcel o campos de concentración (donde se producían y producen malos tratos físicos y psicológicos), las cuales en realidad son secuestros a inocentes.
2. La sociedad, como palizas, agresiones verbales, maltrato psicológico, bullying, padres que echan a sus hijos de sus casas, empleadores que despiden a sus empleados, amigos que los rechazan, exclusión social, hacer de la vida un infierno, etc.
Y por tanto los homosexuales en las sociedades de mayoría cristiana conservadora han tenido que vivir desde su infancia hasta su muerte en una burbuja de miedo y la angustia existencial, siempre temerosos de que nadie pudiese abrir las puertas del armario en que esconden su orientación sexual y su vida quedase destrozada. Ese tipo de doctrinas tan venenosas ha creado sociedades provincianas y mediocres, en que la gente está pendiente de lo que sucede detrás de la bragueta de los demás, murmurando y señalando.
A diferencia de la mayor parte de versículos dañinos de la Biblia, que transmiten unos valores opresores compartidos con la mayor parte de religiones y culturas surgidas desde el Neolítico, la homofobia es típica de las 3 religiones del libro (judaísmo, cristianismo e islam), en su versión tradicionalista, pero no del resto religiones y culturas.
Por ejemplo, en Europa los germanos sí asesinaban a los homosexuales, pero el resto de culturas (griega, romana, celta, eslava, vikinga) eran tolerantes y la homosexualidad, así como la probablemente mucho más extendida bisexualidad, solía estar normalizada. Y lo mismo puede decirse de casi todas las culturas y religiones de África, América y Asia.
Posiblemente, el origen de la homofobia fue el interés de algún gobernante en aumentar la natalidad para hacer crecer la población de su etnia con la que someter o defenderse de otros pueblos. De hecho, fue el caso de Genghis Khan, que introdujo la pena de muerte a homosexuales para hacer crecer la población mongola, ya que ésta era muy pequeña en comparación con las etnias que tenían sometidas en su vasto imperio que se extendía desde China hasta Ucrania.
Levítico 11:28: afirma que los actos homosexuales son abominables, dañando gravemente el honor del colectivo LGTBI.
Levítico 18:22: ídem.
Reyes 14:24: ídem.
Reyes 15:11-12: Asa hizo lo recto a los ojos de Dios, como su padre David, porque quitó del país a los homosexuales.
Reyes 22:43-46: y su hijo Josafat también cumple la voluntad de Dios barriendo de la tierra a los homosexuales que quedaban.
Deuteronomio 22:5: pisotea la honorabilidad de transexuales y travestis, diciendo que es abominable llevar ropas propias del sexo contrario.
Nuevo Testamento:
Timoteo 1: 8-10: San Pablo roba injustamente la dignidad y la reputación de homosexuales que no hacen daño a nadie poniéndoles al mismo nivel que asesinos, secuestradores, mentirosos e impíos.
Corintios 6:9-10: San Pablo vuelve a difamar llamando injustos y equipara a los ladrones y estafadores a los que tienen relaciones homosexuales y a los afeminados, a pesar de ser unos inocentes que no hacen ningún daño a nadie por tener relaciones sexuales consentidas o por hablar y tener gestos afeminados.
Todo ello ha tenido consecuencias devastadoras para el colectivo LGTBI en las sociedades en que la mayoría eran o son cristianos tradicionalistas. Algunas de ellas son el maltrato físico, verbal y psicológico, bullying (el 90% lo sufre), rechazo social generalizado, miedo (el 70% lo padece ansiedad en USA, cifra que es probablemente muy superior en países con mayoría cristiana fundamentalista y conservadora). También angustia, depresión (57%, cifra seguramente muy superior en países con mayoría cristiana tradicional), baja autoestima y otros problemas de salud mental (más del 80% en USA).
Y asimismo se caracteriza por porcentajes elevados que personas que se plantean el suicidio (45% de LGTBI y 59% de transgénero en USA, pero esas cifras son considerablemente mayores en países con mayoría social ultracristiana) y otros más bajos que lo han intentado sin éxito (33%) o con éxito.
Un Dios benigno nunca querría todo eso. Por tanto, erradiquémoslo.