¡NO DAÑEMOS!: SEAMOS ABIERTOS (AUNQUE NO CON LO DAÑINO)
El grupalismo dañino es una gran fuente de muchos sufrimientos a inocentes, siendo causante de numerosas guerras, genocidios, limpiezas étnicas, persecuciones y otras atrocidades que han dejado cientos de millones de muertos, heridos, traumatizados, huérfanos, torturados y otro tipo de víctimas inocentes. Por tanto, es necesario combatirlo para construir un mundo más feliz en que vivir.
El mejor antiveneno contra el mismo es la apertura de espíritu y de mente.
FOMENTEMOS EL ESPÍRITU ABIERTO
Sin renunciar a lo local, promovamos un espíritu más universal, por ejemplo de las siguientes maneras:
1.Historia universal: impartir ésta en los colegios en vez de relatos nacionales, pero incluyendo al mismo tiempo las particularidades históricas propias del municipio o zona donde se ubica cada colegio. Obviamente las mismas han de ser expuestas con la objetividad de un buen historiador y no con la épica de un nacionalista.
2. Literatura universal: dar preferencia a su enseñanza frente a la local, ya que el verdadero patrimonio cultural de todas las personas no es sólo esta segunda sino el conjunto de todas las obras literarias.
3. Otras manifestaciones culturales: hacer lo mismo con el arte, la arquitectura, música, etc. En vez de distinguir entre las nuestras y las ajenas, digamos la verdad: que la propiedad intelectual es solamente del autor de cada obra y que el disfrute de la misma es patrimonio de toda la humanidad.
4. Inglés: promover su enseñanza como lingua franca de todo el mundo, de manera que se domine a nivel nativo, respetando al mismo tiempo los idiomas locales. Que la lengua no sea:
Ningún obstáculo para relacionarnos con nadie en el mundo, ya que la función de la misma es comunicar.
Ninguna frontera identitaria que nos aleje en vez de acercarnos.
Aprendamos de los países con un alto nivel de inglés como lengua extranjera: Holanda, Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia. A ello ayuda mucho que en la televisión las películas y series suelen ser en versión original subtitulada.
5. No adoctrinar en identidades, sino dejar que cada cual elija las que estime pertinente.
6. Cosmopolitismo: promoverlo para que haya un espíritu más global, respetando al mismo tiempo las identidades de cada cual, de manera que haya un equilibrio entre el espíritu cívico consistente en querer lo mejor para el lugar donde uno vive y ser al mismo tiempo ciudadano del mundo.
7. Interdependencia entre países: fomentarla, así como el libre comercio y la integración de estados que tengan suficientes similitudes.
8. Política migratoria abierta a los que vengan a sumar, aunque cerrada a los que vengan a restar. Ser abierto no está reñido con política migratoria selectiva, eligiendo a los que más aporten al país. Ningún país puede acoger al mundo entero, por lo que lo lógico es hacer un cribado en base a criterios racionales: no de raza, nacionalidad, religión, etc., sino los que más van a contribuir a que país sea funcional, seguro, próspero, libre, tolerane, civilizado y con el mayor bienestar posible... leer más…
SEAMOS ABIERTOS DE MENTE Y AL MISMO TIEMPO SELECTIVOS
Abrámonos a otras ideas y modus operandi al mismo tiempo que cuestionemos las creencias y formas de hacer propias de nuestro grupo, siendo selectivos tanto con el acerbo cultural recibido como con los ajenos. Tanto con lo autóctono como con lo forastero, conviene tomar lo positivo y dejar lo nocivo, con una orientación a la excelencia. Tengamos un equilibrio entre conservar lo bueno y cambiar lo mejorable. De entrada seamos abiertos, pero cuando detectemos dañinidad hacia inocentes, cerrémonos a ello.
Ir a estudiar o trabajar una temporada en el extranjero, así como hacer amigos de diferentes orígenes y procedencias, también ayuda a abrir la mente.
Abrámonos como una flor en vez de ser unos analfabrutos que choquemos una y otra vez en la misma piedra consistente en repetir las atrocidades barbáricas del pasado, sean de tipo étnico, racial, religioso, nacionalista, ideológico o propias de otra clase de grupalismo, si lo que queremos es ahorrar sufrimientos y vivir en un mundo más feliz.
Cambiemos la cerrazón tribal por una mayor apertura al mundo, el provincianismo pueblerino por un espíritu más universal y la pequeñez mental por una mayor amplitud de miras que sea al mismo razonablemente crítica y exigente.
Si crees que estos consejos contribuyen a evitar conflictos y sufrimientos y para conseguir un mundo más pacífico y armonioso, te animo a que los compartas.