Continuamente estamos poniendo parches a las tragedias típicas que crea en género humano, como las ayudas humanitarias a millones refugiados e inmigrantes de países en guerra, fallidos o disfuncionales a causa de:
- El etnicismo, como en buena parte de África o Birmania.
- La falta de respeto del derecho de autodeterminación de los territorios, como Israel/Palestina, Ucrania con el Donbás o China con el Xinjiang.
- La corrupción que deja al pueblo en la miseria, como en África.
Ponemos tiritas de eficacia limitada una y otra vez sin curar esa herida que siempre supura causada por la picadura de ese insecto llamado ABUSO. Y lo hacemos sabiendo que en el futuro tendremos que poner nuevas tiritas que no quitan el dolor conforme irán explotando nuevas crisis humanitarias.
Pero, ¿por qué no solucionamos de una vez por todas de raíz ese gran problema del abuso?
Porque si hubiese dominado la ética de la bondad, justicia, honestidad, libertad y generación honrada de riqueza no se hubiesen producido todas esas catástrofes humanas ni males a gran escala. Y si trabajamos el mal desde los cimientos en vez de tapar grietas, diseminando estos valores benignos, en la medida en que prevalezcan no volverá a repetirse ese tipo de plagas dañinas.
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No dudemos en que ello es posible, ya que hay bastantes países que hace pocos siglos eran barbáricos y han dado un gran salto civilizatorio. Si lo han conseguido, ¿por qué no van a poder seguir avanzando? ¿Y por qué no va a poder cualquier otra sociedad evolucionar hacia niveles superiores como un escalador esforzado que progresivamente va alcanzando cotas superiores en su ascenso por una gran montaña?
Que sea posible no quiere decir que venga por sí solo, sino que algo hay que hacer y es necesario que muchos aportemos nuestro granito de arena:
1.-Empezar MEJORÁNDONOS a nosotros mismos. Como tenemos una tendencia natural a hacer daño, sobre todo cuando de ello obtenemos un beneficio, reforzada por la educación recibida y por la influencia del rebaño y la tradición, es necesario contener esos impulsos, salvo en caso de legítima defensa contra el agresor. En general es bueno ser fiel a nosotros mismos, pero no en este tipo de instintos malignos.
Todos o casi todos podemos cambiar, porque todos o casi todos tenemos una parte bondadosa, donde está nuestro sentido innato de la justicia, concretamente en el córtex prefrontal izquierdo, que nos dice que dañar a inocentes está mal. Todos podemos ser autores de nuestra propia escultura.
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2.-CONCIENCIAR y convencer a los demás, por ejemplo, compartiendo este tipo de mensajes. Con ello apretaremos un botón que activará un engranaje, que a su vez moverá otro y así sucesivamente.
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3.-EDUCAR INTENSAMENTE a los niños y adolescentes en la cultura de la bondad, el respeto, la tolerancia, la libertad y la justicia. Son como esponjas y lo que absorban probablemente permanecerá.
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Gracias por hacer lo anterior y compartir.