¡EVITEMOS DAÑOS!: ALERTEMOS DE LA NOCIVIDAD DE LA EXTREMA IZQUIERDA CONTEMPORÁNEA
Detrás de los programas electorales de las actuales formaciones de extrema izquierda, habilidosamente adaptados a ciertos nichos de votantes de cada país, con algunas propuestas atractivamente progresistas en países modernos, suele esconderse algo que tiene un serio riesgo de que al ponerlo en práctica de verdad acabe mal. Como ya ha sucedido con el comunismo del siglo XX (en teoría y en apariencia muy atractivo para bastantes personas pero que al ponerlo en la práctico acabó convirtiéndose en un purgatorio cuando no en un auténtico infierno) o el Socialismo del Siglo XXI Bolivariano (3/4 de lo mismo).
Después de todos los destrozos y sufrimientos que han causado los comunistas y similares a lo largo de más de un siglo en todos los países, si una persona se autodefine como comunista transmite tan poca confianza como alguien que se autoetiquete como nazi, por mucho que haga algunas propuestas atractivas.
La mayoría de facciones de estas nuevas formaciones herederas del comunismo suele compartir en diferentes grados como mínimo estas 7 injusticias:
1. Expoliar a los demás lo que han obtenido de forma honrada, normalmente ellos mismos o sus padres o abuelos con su propio esfuerzo. Es justo expropiar latifundios que proceden de robo mediante conquista y que han sido heredados a lo largo de generaciones (como los de la aristocracia europea o los de Latinoamérica que tienen su origen en los conquistadores). Pero quitar a alguien fruto del esfuerzo (del trabajo, el ahorro y la utilización del mismo en inversiones rentables) es un vulgar robo. Dos formas extendidas de esta injusticia en países donde hay ultraizquierdistas en el poder son la expropiación a las clases medias y altas (en Venezuela) y la okupación, una especie de expropiación parcial (en España)
2. Igualar sólo lo que les interesa. A sus votantes les conviene equiparar en los frutos del esfuerzo, pero no el esfuerzo generador de esos frutos. Por tanto, sus representantes políticos ultraizquierdistas velan por sus intereses egoístas. Pero lo justo es que si un campesino labra y cuida de sus campos cada día durante 10 horas al final se quede con el doble de cosecha que el que lo hace solamente con 5 horas diarias. Es tremendamente abusivo no querer igualar el número de horas que trabajan, pero el día de la cosecha pretender igualar el beneficio obtenido por ambos aduciendo que esa desigualdad económica es una injusticia social.
Se han hecho experimentos con niños y monos que han dado el mismo resultado: tenemos nosotros y otras especies un sentido innato de la justicia que nos dice que es justo obtener el mismo resultado por hacer lo mismo y diferente resultado por diferentes grados de esfuerzo. Por tanto algunos se equivocan bienintencionadamente y otros manipulan interesadamente cuando llaman injusticia social a la desigualdad económica que procede de diversos niveles de horas trabajadas (y por tanto de agotamiento y estrés), intensidad con que se trabajan, afán por hacer las cosas bien y ser competitivo, ahorro, riesgos asumidos (que también es una fuente de preocupaciones y de dinero perdido en inversiones fallidas), emprendimiento, etc.
Para colmo, los políticos de extrema izquierda son expertos en igualar a los demás en la pobreza, pero no a ellos mismos, disfrutando de un nivel económico privilegiado y a veces incluso exagerado, robando grandes cantidades de dinero al pueblo. Todo lo anterior no es de extrañar, ya que estudios en el campo de la psicología demuestran una correlación entre extrema izquierda y egoísmo, narcisismo perverso y psicopatía.
3. Crear una nueva clase privilegiada de aprovechados. Están formando interesadamente a cambio de votos una nueva casta que vive abusivamente a costa de los demás, porque puede, pero no quiere trabajar, ya que el esfuerzo no va con ellos. Es un estamento parasitario que recuerda al antiguo patriciado romano que lo hacía aprovechándose de sus esclavos o la nobleza feudal a costa del trabajo de sus siervos de gleba, por mucho que la actual neoaristocracia ociosa viva de forma mucho más austera. Leer más…
Nunca emigran a Corea del Norte, Venezuela o Cuba para ser coherentes con sus ideales, sino que siempre se pegan a las hormiguitas que tanto detestan para sacar de ellas todo lo que pueden.
4. Fomentar una inmigración de cigarras/garrapatas con poca cultura del trabajo que se incorporen a dicha nueva clase de gorrones a cambio de votos. Leer más… LINK A INMIGRACIÓN QUE VIENE A CAUSAR DAÑOS ECONÓMICOS
5. Atacar la libertad individual, un tesoro básico del ser humano y otros seres sintientes por simple derecho nacimiento que contribuye significativamente a nuestra felicidad según los estudios científicos. Leer más…
6. Ser antisemitas. Según las investigaciones sociológicas, la mayor parte de ultraizquierdistas, bajo la apariencia de simplemente querer defender a los palestinos de la opresión, esconden un verdadero antisemitismo. La razón principal no es el noble afán de combatir los abusos que cometen los sionistas con los palestinos (los cuales son totalmente condenables). Porque si ese fuese el motivo, también se alzarían contra los numerosos atropellos llevados a cabo por muchos musulmanes en buena parte del mundo o por otras religiones, etnias, gobiernos, etc. De hecho, hay victimizaciones a mucha mayor escala y que causan muchos más sufrimientos que la sionista, frente a las que los ultraizquierdistas suelen callar, aplicando una doble vara de medir de dimensiones enormes.
Si proceden de esta manera es ante todo por un tema de identificación. Suelen detestar a los judíos en parte porque éstos suelen caracterizarse por ser prósperos y exitosos gracias a su esfuerzo. Les tienen la misma envidia y tirria que sienten hacia la burguesía occidental, ya que todos ellos son unas repugnantes hormiguitas trabajadoras y acumuladoras que progresan y prosperan, justo lo contrario de lo que son la mayoría de los primeros.
7. Aliarse con el islamismo totalitario que tanto sufrimiento está causando a millones de inocentes en muchas partes del mundo, como Irán, Afganistán, Sudán y un largo etcétera. Las razones para ello pueden ser múltiples:
Conseguir el voto de los musulmanes que inmigran a Occidente, pese a que ello es pan para hoy y hambre para mañana, ya que cuando los islamistas alcancen suficiente masa crítica formarán sus propios partidos. De hecho, ya empiezan a hacerlo.
Complicidad en su odio hacia Occidente, sus valores y su democracia liberal con capitalismo moderado, que desearían destruir para sustituir por un califato totalitario regido por la Sharía (en el caso de los islamistas) o por un régimen autoritario y empobrecedor similar al de Venezuela (en el caso de la extrema izquierda).
¡EVITEMOS DAÑOS!: Alertemos del peligro del islamismo totalitario
¡EVITEMOS DAÑOS!: Combatamos la tiranía islamista
Sintonía ideológica por compartir una idiosincrasia iliberal, entre autoritaria y totalitaria, opresiva y con odio hacia inocentes. Parte de ellos también comparten sus instintos agresivos, violentos, conflictivos y destructivos. Bastantes ultraizquierdistas hablan de pacifismo, pero bastantes de sus manifestaciones terminan en vandalismo. Parte de ellos también comparten su espíritu sectario y fanático.
Identificación de buena parte de los votantes ultraizquierdistas con los musulmanes, dado que bastantes de éstos comparten un perfil similar a bastantes de aquéllos: personas de bajo nivel socio-económico-cultural con poca cultura del trabajo y el esfuerzo. Es decir, son cigarras y en muchos casos también garrapatas que se enganchan a la hormiguitas esforzadas para chuparles la sangre a través de los políticos.
Antisemitismo.
En cierto modo ambas ideologías son almas gemelas: liberticidas, abusivas, dañinas, intolerantes y carentes de sentido de justicia.
Es por todo ello que ultraizquierdistas aclaman a Hamás y agitan su bandera o reciben fondos del régimen profundamente opresivo y represivo de Irán. Por ello hablan de feminismo, pero nunca critican el machismo musulmán, que es el más grande que existe en el planeta. Por eso ponen el grito en el cielo por micromachismos cometidos por hombre blancos occidentales, pero nunca por los megamacromachismos (como crímenes del honor) procedentes del fundamentalismo islámico. Leer más sobre el machismo islámico en…
Y por ello en Occidente hacen todo lo que pueden para abrir las puertas a todo tipo de inmigración musulmana, incluyendo la más fundamentalista e islamista. Les importa poco que entre un Caballo de Troya que quiere destruir la civilización occidental, porque los ultraizquierdistas también son enemigos de ésta. Ejercen el mismo papel que esos traidores de las películas que abren las puertas de la muralla para dejar entrar al enemigo a la ciudad.
Y el mismo rol de «useful idiots» (tontos útiles) que desempeñaron los comunistas en Irán en los años 70, cuando se aliaron con los islamistas de Jomeini para derrocar al Sha. Una vez lo consiguieron, los islamistas se quedaron con el poder y se libraron de los primeros, persiguiéndolos, torturándolos y masacrándolos, ya que dejaron de serles útiles y no aceptan ningún tipo de disidencia. Si consiguiesen el poder en algún país occidental, matarían a los ateos de extrema izquierda que no se quieran convertir al islam y tirarían desde edificios altos a los «queers for Palestine», como hacen con los homosexuales en Gaza.
Para terminar, buena parte de esas facciones herederas del comunismo tienen una influencia marxista, origen de muchos males. Leer más en…