¡NO DAÑEMOS!: AUTOEXPRÉSATE y dEJA QUE SE AUTOEXPRESEN

Sólo el 23% de la población mundial vive en un entorno relativamente abierto donde existe bastante libertad de expresión. En el resto de países se inflige daños o incluso grandes sufrimientos a personas inocentes por el hecho de ejercer su derecho a la libre expresión. Por ejemplo, en Irán la policía religiosa pega a mujeres simplemente por no vestir o llevar el velo como aquélla cree que es correcto. Para colmo, si éstas se manifiestan en contra de esa opresión les disparan a su cara y genitales, las encarcelan, torturan y violan.

En muchos lugares, las personas que decían lo que pensaban eran quemadas en la hoguera y de hecho en bastantes países todavía son encarceladas, torturadas y asesinadas. Incluso entre los países más civilizados (o menos incivilizados, según se mire), mostrarse como uno es puede acarrear palizas o exclusión laboral, como es el caso de los travestis. Otro ejemplo es el de los islamistas fundamentalistas que en barrios europeos agreden a judíos que llevan la kippa o acosan a mujeres que no visten de forma recatada.

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¡EVITEMOS DAÑOS!: Combatamos la tiranía islamista

Sin llegar tan lejos, otras formas de hacer daño de menor intensidad son estigmatizar, rechazar, señalar con el dedo, burlarse, murmurar, despreciar, juzgar o condenar injustamente a la gente que se expresa fuera de un estándar pero sin hacer daño a nadie.

Ello se da sobre todo en ambientes tradicionalistas, autoritarios, gregarios, ultrarreligiosos, de extrema derecha autoritaria, de extrema izquierda liberticida y aborregados. Es típico de sociedades o grupos regidos por estrictos dogmas, doctrinas inventadas, convencionalismos a los que llaman “las buenas costumbres” y tabús, parte de ellos absurdos.

¡NO DAÑEMOS!: Opongámonos al dogmatismo venenoso

¡NO DAÑEMOS!: Pensemos por nosotros mismos y evitemos el adoctrinamiento dañino

En Japón hay el dicho de que si un clavo sobresale hay que martillarlo. En otros países hay otras frases hechas, como “Allí donde fueres haz lo que vieres”. La opresión a la libre autoexpresión puede ser de tipo social, política (se castiga decir cualquier cosa que se salga de la ortodoxia que marca el gobierno), religiosa o varias de ellas al mismo tiempo.

Sin embargo, como somos libres, tenemos derecho a ser nosotros mismos, auténticos, exteriorizar nuestra unicidad y creatividad y a mostrarnos tal como somos, siempre que sea sin hacer dañar a nadie que no sea en legítima defensa, propia o de los demás, pero siempre contra el agresor, nunca contra ningún inocente.

¡NO DAÑEMOS!: Respetemos la libertad de los demás

Y también tenemos la libertad de dar nuestras opiniones, aunque no gusten a algunos, siempre sin difamar ni mentir dañinamente y sin hacer discursos del odio y daño a inocentes. De hecho, el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas establece:

“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”

La libertad de expresión no es sólo un derecho humano, sino una necesidad que que es saludable satisfacer y que nos hace sentir bien. Además, enriquece la sociedad de múltiples formas:

• Promueve la libertad individual, lo que supone un incremento de la felicidad.

• Estimula la difusión de información, ideas y el debate, lo que da lugar a la mejora continuada y modernización en los diferentes aspectos de una sociedad.

• Según diferentes estadísticas, como las del World Economic Forum, en los países donde existe más libertad de expresión hay más innovación y prosperidad económica.

Aprendamos de los Países Bajos, uno de los lugares con la mentalidad más avanzada del mundo, donde se puede hablar de todo y donde se conversa sobre todo, sin tabús ni pelos en la lengua, sin sujeción a ninguna tiranía de lo política, social y religiosamente correcto. Y también tomemos ejemplo de países como Dinamarca, Nueva Zelanda, Suiza, Finlandia o Suecia, que suelen estar arriba de todo en los rankings de libertad de expresión, como el del GSDI, así como de libertad de prensa y libertad individual. 

La libertad de expresión incluye hablar con naturalidad de política y religión e incluso criticar ideologías y doctrinas religiosas.

¡EVITEMOS DAÑOS!: Hablemos de política y religión 

Un ambiente uniforme (por ejemplo, en la forma de vestir) es castrante, mientras que uno diverso es nutritivo, incluso en que se permita a quien quiera ir desnudo en cualquier playa o, por qué no, en la calle.

¡NO DAÑEMOS!: Apreciemos la diversidad

Mejor reservemos la presión social como herramienta efectiva para evitar que nadie haga daño a inocentes y seamos tolerantes con el resto de conductas y expresiones.

¡NO DAÑEMOS!: Seamos tolerantes

¡Seamos nosotros mismos, si queremos, y dejemos que los demás también lo sean!

¿Qué puede hacer una persona evolucionada, abierta de mente y orientada a la excelencia para mejorar la libertad de expresión (siempre dentro del límite de no dañar a inocentes)?:

1. Firmar en esta campaña por la libertad y democracias de máxima calidad… ¡FIRMA YA!… 

2. Firmar en esta campaña para pedir a todos los gobiernos que deroguen los delitos de blasfemia y apostasía… ¡FIRMA YA!…

3. Firmar para pedir a las organizaciones cristianas que respeten la libertad de expresión… ¡FIRMA YA!…

4. Firmar para pedir a los líderes religiosos musulmanes que respeten la libertad de expresión… ¡FIRMA YA!…

5. Firmar para que todos los gobiernos fomenten versiones no dañinas de las religiones… ¡FIRMA YA!…

6. Firmar contra los discursos del daño y el odio a inocentes… ¡FIRMA YA!…

7. Compartir las anteriores campañas de firmas y este artículo entre el máximo de gente.

Gracias por hacerlo para contribuir a una sociedad más respetuosa y agradable en que vivir,